La alegría afirma la vida, ilumina tu alma, convierte tus ojos en
faros. La alegría mantiene vivo el niño que llevas adentro. La alegría te
ayuda a ver la vida como un juego, diluye la espesura del drama. Vuelve nuestra
vida más ligera. Hace que la desesperación sea menos desesperante, que el dolor
duela menos y que el placer sea más placentero. La alegría lima
asperezas, nos hermana, nos reúne, nos anima a compartir. La alegría te da
paz. La alegría nos predispone al amor, a la pasión, a la aventura.
La alegría baja
las defensas inútiles y mejora el sistema inmune, y lo mejor: es gratis. La podes
encontrar en un beso, en un bebé, en la música. La alegría es eso
que dejas pasar buscando eso que se supone que te dará alegría. La alegría es
el único virus bueno y muy contagioso. Si lo dejan, claro. La alegría es una
fe profunda en el futuro. La alegría es una puerta abierta a nuestro verdadero ser.
ASI QUE ¡ALÉGRATE!
