Me he puesto
grande, ya ves. Solo le pido a la vida
que no me duela. Y no estar aquí si
cae más mierda del cielo. Miro a mis
pies y por distracción recorto mis uñas secas, no son mías ya... Te digo adiós para bromear
"-que el Señor te rebendiga!" No
sirvo y nunca serví para tristes despedidas. Pobre
mi amor, Bendito amor; va saturando un pañuelo... La larga sombra que vi es la
de mi pasado, un paraíso de amor que viví en el corazón del infierno. Y nunca
más (el sigue allí), ya nunca más tendré miedo cuando esa luz que crece en mí sea la que domine el cielo...