Tuviste cientos de sueños que se transformaron en visiones, el hecho de ver el mundo afectó todas tus decisiones… pero no fue tu culpa, no estuvo en tus intenciones. Eres la única que habla, no quieres escucharme. Pero adoro tus botellas destapándose, tanto como admiras el oficio de bartender y el quitarse la ropa. No te enojes, todos se equivocan. Tu ves a muchos ladrones y los ladrones siguen robando. Tuviste cientos de ladrones tratando de robarte el corazón; nunca tuviste suerte, nunca pudiste imaginarte.